miércoles, 23 de diciembre de 2009

Felices Saturnalia

Hoy acaban las Saturnalia, así que felicitarlas hoy es un poco triste, pero aún así lo hago.
Las Saturnalia eran unas fiestas en honor a Saturno, en un principio, dios de la agricultura y las cosechas. Con el tiempo fue equiparado a la divinidad griega Crono, dios del tiempo.
Esta celebración duraba sólo un día, el 17 de Diciembre, pero posteriormente se prolongó del 17 al 23 de este mes.
Esta fiesta rememoraba la Edad de Oro de la Humanidad en la que Saturno gobernaba y en la que no existían las diferencias sociales, el sustento no se ganaba con el trabajo, reinaba la paz y siempre había comida.

Al igual que se hace en nuestra era, el año se cerraba con unas festividades de alegría, paz y felicidad, pues estas conmemoraciones festejaban el fin del año y el comienzo de otro nuevo.
Las celebraciones se abrían cortando la cinta de lana que sujetaba al dios durante todo el año para que no huyera de la ciudad. A continuación, se celebraba un sacrificio en su honor en el templo que tenía ubicado en el Foro y se continuaba con un banquete público al que podía asistir todo el pueblo.

Obviamente tendremos que festejarlas el año que viene, porque esta última semana ha sido de locos y no nos ha dado tiempo. Por suerte, los romanos tienen muchas fiestas a lo largo del año.


Quería dar las gracias a todos los que participasteis el lunes en las actividades, en las mías y en el resto, os vi a casi todos y me alegré mucho, porque creo que este año la oferta de cosas para hacer era especialmente bonita. No sé si os paráis a pensar en la cantidad de cosas que hay, pero de verdad que hay muchísimas. Las fotos están en la web del insti.

Las chicas de Cultura Clásica de 3º sacaron casi 50 euros poniendo nombres en griego (y a mí me dejaron unos 85 céntimos, mmmm...).



Los de latín de 4º tuvieron el amigo invisible y se lo curraron mucho, mucho. Mi regalo me encantó y si no fuera porque tenemos un montón de cosas por hacer, yo haría esto todas las semanas...






Y los pobres de 1º de Bachillerato se quedaron sin password porque todo iba muy ajustado de tiempo. Pero lo compensaremos. Este trimestre nos toca la vida cotidiana en Grecia y Roma y nos casaremos, nos divorciaremos, tendremos hijos, nos alistaremos en el ejército,...
(Por cierto, Ἀλεξανδρός: no me quedan invitaciones del Spotify, lo siento.)

Pasadlo muy bien estos días y coged muchas fuerzas.

(Y estudiad un poco o mucho, depende de lo que hayáis hecho)

martes, 15 de diciembre de 2009

lo estamos dando, lo estamos regalando

Entre media y media, aprovecho para recordar que el lunes desde la 7 de la mañana, hora local, tendrán lugar las más diversas y espeluznantes actividades en el instituto. Entre las segundas se encuentran, por ejemplo, ver a Alejandro el filósofo jugando al fútbol o a Cristina y su conejo Tubi bailando danzas griegas, por no hablar de mis queridos champiñoncillos de 3º que por un módico precio (que aumenta por segundos) te ponen el nombre en griego, jeroglífico egipcio o lo que haga falta.

Y lo mejor llegará a última hora, porque habrá concierto (en este preciso momento de la tarde están ensayando en el insti, tocan una versión de Nirvana, yo lo oigo desde el segundo piso y suena muy bien).

lunes, 7 de diciembre de 2009

Para qué queremos la memoria

Gracias a la gran Marta Peirano dejo aquí para los de Griego de 2º (y para quien no tenga otra cosa mejor que hacer) una historia apasionante, que nos servirá para nuestra siguiente lectura: cómo y para qué creyeron los griegos que inventaron la memoria.


El hombre que no pudo recordar


En 1957, un hombre de 27 años que sufría diez ataques epilépticos diarios fue operado en el hospital Hartford de Boston. Los médicos encontraron que la fuente de todos sus problemas era el Hipocampo, y se lo quitaron. Así fue como Henry Gustav Molaison recuperó el control de su cuerpo, perdió la memoria y se convirtió en H.M., el paciente más famoso de la historia de la neurología moderna.

Desde aquel dia, Henry no volvió a elaborar recuerdos. Su memoria anterior a la intervención estaba intacta pero había quedado congelada en el momento de la intervención, incapaz de consolidar nada nuevo, incluyendo la muerte de su madre o la llegada del hombre a la luna. Gracias a Henry, los neurólogos descubrieron que el hipocampo era el puente que transformaba la memoria a corto plazo en recuerdos, y que sin el todo lo que H-M. podía recordar desaparecía como lágrimas en la lluvia por el barranco que le habían dejado.

Él describió su condición como despertar constantemente de un sueño y no saber dónde estas. También dijo que la película Memento, basada en su famoso caso, describía sus síntomas con justicia. Claro que probablemente cuando lo dijo no se acordaba, y después de decirlo olvidó haberlo dicho. Si eso les parece gracioso, lean por favor la siguiente entrevista:

Dr. BRENDA MILNER (McGill University) : When you're not at MIT, what do you do during a typical day?
H.M. (Patient): See, that's what I don't - I don't remember things.


Yo me imagino que debe de ser esa sensación que tienes cuando te despiertas alarmado por una pesadilla y no recuerdas el sueño, pero el espanto y la ansiedad permanecen sin que uno sepa porqué. Cuando Henry falleció, en diciembre del año pasado, el neurólogo Jacopo Annese se llevó su cerebro en un botea un laboratorio de la Universidad de California y allí estaba en la nevera hasta hoy, que ha comenzado su disección.



Esa disección se puede seguir en directo por aquí.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Por suerte, Guti NO lleva un tatuaje en latín

Con el examen de primero hemos inaugurado hoy un tiempo vertiginoso que durará más o menos hasta el 17 de diciembre y en el que cada vez vosotros tendréis más ojeras y yo más cosas para corregir. Así que para relajar tensiones, y en consonancia con mi línea de no-pensamiento, voy a hablar de algo absurdo pero que sin duda constituye una preocupación a nivel mundial: hacerse un tatuaje en latín o en griego.

No es broma. No os podéis imaginar la de veces que me han pedido traducciones de frases al latín o al griego para un tatuaje, hasta el punto de que empecé a apuntarlas por pura curiosidad. Supongo que hacerse un tatuaje en una lengua extranjera siempre tiene algún riesgo, porque al ser indeleble (*deleo, -es, -ere, delevi, deletum*), nadie querrá ir con un fallo gramatical o morfológico en alguna parte de su cuerpo - o con una letra que no exista.

Si se trata de alumnos, las frases generalmente se mueven en el ámbito del amor o de la guerra -que para los romanos, ya lo sabéis, era lo mismo. Algunos quieren traducirse frases propias, pero esos son los menos. Yo sonrío mucho cuando veo en el brazo de alguien un verso de la Eneida o de Horacio que han descubierto en clase. Dejando aparte lo que la pedagogía diga de los tatuajes, es una forma de reaccionar a la poesía, y para eso también estáis ahí sentados.

Si tuviera que acordarme solo de algunos, bien por lo bonito de la frase, bien porque recuerdo con cariño a los alumnos que lo hicieron, serían estos:

Unos cuantos alumnos de no hace mucho se tatuaron en bloque una frase que debía constituir algo así como su lema de grupo. La frase era "estamos preparados para todo", que yo traduje por ad omnia parati sumus. Era gracioso verlos por detrás, todos los cuellos con la misma frase.

Una de las que más éxito tiene es la frase de Virgilio en la X Bucólica "Amor omnia vincit", que tiene el récord de sitios en los que la he visto tatuada: muñeca, espalda, antebrazo, cuello y pierna. Por supuesto no de la misma persona. Esta frase la retomó mucho después San Agustín, y de hecho mucha gente la asocia con él y no con el pobre Virgilio, que entre ataque y ataque de epilepsia se empeñaba en darnos lecciones sobre el amor. De San Agustín es, sin embargo, otra frase que mi ya famoso ex-alumno Joaquín (el de las subordinadas y los hijos) lleva con orgullo en el tobillo y por eso sus pantalones nunca llegan hasta abajo: "si vis amari, ama".
Uno de mis preferidos es el verso de Ovidio en el primer libro de los Amores, que recoge la idea que os he nombrado antes y en la que tanto insisto en clase, porque es una seña de identidad del pueblo romano: "Omnis amans militat".

Pero sin duda lo que más veces me han preguntado con vistas a un futuro tatuaje es cómo se dice "te quiero" en latín. Ya sabéis que podríamos decir "te amo" o "te volo" o incluso "te diligo". Esta última forma implica una elección, es quizá más fuerte semánticamente. Pero ninguna de esas formas la encontramos en un texto latino. Los poetas latinos expertos en el amor (Propercio, Tibulo, Ovidio) usaban una forma muchísimo más bonita que todas las demás:
Tu mihi sola places (Tibulo 3.19.3, Propercio 2.7.19 y Ovidio, Ars amatoria 1.42), que es dificilísima de traducir al español sin romperle la fuerza que tiene en latín. Es la declaración de amor perfecta, porque el latín, morfológica y sintácticamente, está construido para ser la lengua perfecta. (Otra cosa es que el genitivo y el verbo EO os "caigan mal").
Así que probad a traducir esa frase, a ver si os sale algo que sea comparable. Yo no lo he conseguido. y de paso, intentadlo con todas las demás frases.
Y una última cosa: ¿cómo habría que poner esa frase si, en vez de decírsela a una chica, se la dijéramos a un chico?