viernes, 8 de abril de 2011

La Anábasis de Jenofonte en edición bilingüe griego-latín


Leo una entrada de Emilio Canales en Athenaze que me recuerda con qué curiosidad me acerqué yo por primera vez (y ya en la carrera) a las ediciones bilingües (es decir, con el texto en griego y en latín).

"En las escuelas humanistas, y especialmente en Inglaterra, estaba muy extendida la práctica de la traducción de un fragmento de latín al griego o del griego al latín, como ejercicio para niveles avanzados, lo que generaba entre los estudiantes un nivel competencial de ambas lenguas cercano al de los hablantes nativos, gracias a la no separación entre usus y doctrina.
Por fortuna nos estamos dando cuenta cada vez más de los enormes tesoros que, en forma de ediciones bilingües al alcance de un solo golpe de ratón, podemos encontrar en la red, conformando un riquísimo legado del humanismo accesible a cualquiera y aplicable en muchos casos a la práctica docente. Ahora más que nunca es necesario regresar a este tipo de ejercicios con los que aprendieron el mejor latín y griego los intelectuales más destacados de Europa."


Jenofonte Anabábasis I, bilingüe griego-latín Juan Cienfuegos

jueves, 7 de abril de 2011

Dicen haber encontrado la tumba de Safo en Mitilene (vía La túnica de Neso)

(Gracias a La túnica de Neso)

De confirmarse sería unos de los descubrimientos arqueológicos más importantes de los últimos tiempos. Según emprosnet.gr, excavaciones llevadas a cabo en secreto en Lesbos por el 14º Eforato de Antigüedades Bizantinas y el Eforato de Antigüedades Prehistóricas y Clásicas de Grecia habrían dado como resultado el hallazgo en el distrito Epano Skala de Mitilene de la tumba de Safo, la poetisa más importante del mundo antiguo.



A ello parece conducir el hallazgo en una tumba de una lápida sepulcral con la inscripción “ΨΑΠΦΑ ΕΡΩΤΙΟΥ ΧΑΙΡΕ”, junto con ofrendas, una corona de oro sobre la cabeza del cadáver, unas figuras de Afrodita, unas pequeñas liras de arcilla y, sobre todo, el estudio antropológico del esqueleto hallado en ella que muestra a una mujer que habría vivido entre finales del siglo VII y el sigloVI a.C.
El Ministerio de Cultura griego dispone ya de toda la información del hallazgo y dirige las investigaciones; de hecho el ministro Geroulanos y la secretaria de Cultura Lina Mendoni habrían visitado ya hace un mes las excavaciones durante su visita a Lesbos.
El hallazgo
El hallazgo se habría producido en la parte posterior de un baño turco en el Castillo de Mitilene, en el curso de unas excavaciones iniciadas por el 14º Eforato de Antigüedades Bizantinas poco después de Navidad. Cuando salió a la luz la estela y leyeron la inscripción en letras mayúsculas «ΨΑΠΦΑ ΕΡΩΤΙΟΥ ΧΑΙΡΕ», con una ortografía distintiva de época arcaica, los arqueólogos lo pusieron en conocimiento del Eforato de Antigüedades Prehistóricas y Clásicas. Esta última es quien ha llevado a cabo en el más absoluto secreto las excavaciones que han sacado a la luz todos los elementos antes mencionados.
Los resultados serán presentados próximamente en una conferencia científica por el director del Eforato de Antigüedades Prehistóricas y Clásicas.
Safo
Se sabe que Safo vivió a principios del siglo VI a.C. (sobre el 580) en la capital de Lesbos, una isla en la que florecieron las artes y la cultura. Lo más probable es que naciera a finales del siglo VII a.C. (entre los años 630-620) en Eresos (o Eressos).
Hija de una familia aristocrática, sabemos por Herodoto que su padre se llamaba Escamandrónimo y su madre Cleis. Era por lo demás la mayor y única mujer de cuatro hermanos; los hermanos varones se llamaban Kháraxos, Lárico y Eurgio.
Alrededor del 600 a.C. Safo viajó a Sicilia y permaneció unos años en Siracusa, a fin de evitar la inestabilidad política de Mitilene. Más tarde, sobre el 590-580, tras el derrocamiento de tirano Pítaco de Mitilene, regresó a Lesbos.
Cuenta una leyenda que Safo se suicidó arrojándose al mar desde una roca en Leucas (o Lefkada) en presencia de un hermoso joven llamado Faón. No parece, sin embargo, ser cierto este mito, surgido probablemente de una interpretación errónea del poema en el que Safo celebra la belleza de Faón, un joven seguidor de Afrodita.
El hallazgo de la tumba sugiere que Safo murió y fue enterrada en Mitilene.
Tras su muerte, los mitilenenses acuñaron monedas con su efigie, mientras que en Siracusa construyeron un cenotafio en su memoria. En el mundo antiguo se decía de ella que era la décima Musa y que era una Musa mortal, y varias ciudades griegas erigieron estatuas con su imagen.